La bomba de calor geotérmica aplicada a minas subterráneas aprovecha la estabilidad térmica del macizo rocoso para mejorar la eficiencia energética del sistema de ventilación. Mediante intercambiadores roca-aire o roca-agua, el aire impulsado por los ventiladores puede preenfriarse o precalentarse antes de ingresar a la red, reduciendo la potencia requerida en climas extremos y estabilizando las condiciones de trabajo. Esta integración de HVAC con ventilación se traduce en menor consumo, mejor confort térmico y menos ruido por operación en zonas de la curva estable.
El esquema típico incluye una o varias bombas de calor conectadas a un circuito de intercambio geotérmico y a serpentines ubicados en cámaras de ventilación. La modulación de caudal y temperatura se coordina con los VFD de los ventiladores, ajustando la velocidad según demanda de aire y carga térmica. La ingeniería de ductería, toberas y difusores —idealmente optimizada con CFD— minimiza pérdidas, mientras que los materiales anticorrosión y los sellos de alta integridad protegen equipos en ambientes húmedos.
El monitoreo inteligente registra temperaturas, presiones diferenciales y energía térmica transferida para evaluar el desempeño estacional y el retorno de inversión. En proyectos greenfield o de retrofit, la bomba de calor geotérmica reduce picos de potencia, mejora el factor de carga eléctrica y disminuye emisiones asociadas, contribuyendo a metas de sostenibilidad. Bien dimensionada y controlada, esta solución convierte la ventilación en un proceso térmico eficiente, sin comprometer seguridad ni continuidad operativa.