El control de ruido en la ventilación minera combina diagnóstico, ingeniería y operación para contener la emisión acústica sin sacrificar desempeño. A partir de mapas acústicos y mediciones en tercio de octava se identifican fuentes y caminos de propagación, diferenciando aportes aeroacústicos (geometrías, turbulencia) de mecánicos (vibración estructural). El objetivo es cumplir límites normativos y mejorar el entorno de trabajo con soluciones de baja pérdida energética.
Las medidas típicas incluyen silenciadores bien seleccionados, transiciones graduales, radios amplios en codos y superficies internas lisas para minimizar pérdidas y ruido. Cuando la propagación es dominante, se aplican barreras y encapsulamientos focalizados, junto con soportes antivibratorios que interrumpen caminos estructurales. El soporte de CFD permite reconfigurar succión, toberas y difusores para reducir fuentes en origen, logrando mejoras sostenibles.
El control operacional se apoya en VFD para arranques suaves y ventilación a demanda, reduciendo horas a máxima velocidad. Se monitorean presión, caudal, vibración y niveles sonoros en SCADA para verificar el impacto de las acciones y programar mantenimiento preventivo (limpieza, ajuste de pernos, revisión de sellos). Documentar condiciones iniciales, soluciones aplicadas y resultados facilita auditorías y mantiene la eficiencia energética del sistema.
Con un plan integral de control de ruido, la operación alcanza cumplimiento normativo, mejor comunicación en terreno y mayor productividad, manteniendo estable el punto de trabajo del ventilador.