El principio de refuerzo describe el uso de ventiladores dispuestos en serie para aumentar la presión disponible en una red de ventilación minera, manteniendo el caudal objetivo. Al operar dos o más unidades consecutivas, la presión total se aproxima a la suma de las contribuciones individuales, siempre que se cumpla el matching aerodinámico entre curvas y que el sistema opere en la curva estable de cada equipo.
Un arreglo reforzado exige coordinación cuidadosa: selección de ventiladores con curvas compatibles, minimización de pérdidas intermedias con toberas y difusores de baja pérdida, y control coordinado por VFD que permita arranques suaves y reparto de carga. Si una unidad entra en zona de bombeo, puede inducir inestabilidad aguas abajo, elevando ruido y vibraciones. Por ello, el diseño debe considerar márgenes adecuados, compuertas de bypass y lógica de protección ante fallos.
La modelación con CFD y herramientas de red ayuda a prever recirculaciones, distribución de velocidades y pérdidas de transición, optimizando geometrías y distancias entre equipos. La instrumentación de presión, caudal y vibración en puntos clave verifica que el refuerzo sume presión sin penalizar la eficiencia. En ambientes con polvo o corrosión, el sellado, los recubrimientos internos y los materiales de impulsores preservan el desempeño.
Aplicado correctamente, el principio de refuerzo habilita ampliaciones de capacidad sin sustituir equipos principales, mejora la flexibilidad del sistema y mantiene la operación segura y eficiente ante aumentos de resistencia en la red minera.