La eficiencia energética en ventilación minera es un factor cada vez más relevante, ya que los ventiladores principales y auxiliares representan un porcentaje muy elevado del consumo eléctrico total de una mina subterránea. Mejorar la eficiencia permite reducir costes operativos, disminuir las emisiones indirectas de gases de efecto invernadero y liberar capacidad eléctrica para otros procesos. Para lograrlo, es necesario actuar tanto sobre la selección de ventiladores mineros como sobre el diseño de la red de ventilación y la estrategia de operación diaria.
Una de las primeras medidas para aumentar la eficiencia energética en ventilación minera es elegir ventiladores con alto rendimiento y adaptarlos correctamente al punto de trabajo real mediante el análisis de curvas características. El uso de regulaciones de velocidad, el ajuste del ángulo de palas en ventiladores axiales y la eliminación de pérdidas innecesarias en conductos, compuertas y galerías contribuyen significativamente al ahorro. También es importante revisar la red para identificar recirculaciones, ramales sobredimensionados y fugas de aire que obligan a los ventiladores a trabajar con presiones mayores de las estrictamente necesarias.
Otra línea de actuación consiste en aplicar conceptos de ventilación según demanda, modulando el caudal de aire en función de la presencia de personal, el uso de equipos diésel y la evolución de la temperatura en diferentes sectores de la mina. Mediante sistemas de monitorización y control, los ventiladores principales y secundarios pueden funcionar a carga parcial cuando la actividad es baja y aumentar su potencia solo cuando la producción lo requiere. Complementar estas estrategias con programas de mantenimiento preventivo, limpieza de rodetes y revisiones periódicas de rodamientos y alineaciones garantiza que los ventiladores conserven su rendimiento original. De esta forma, la eficiencia energética en ventilación minera se convierte en un elemento clave para la competitividad y sostenibilidad de la explotación.