protección anticorrosiva

La protección anticorrosiva en ventiladores mineros previene pérdidas de rendimiento y fallas estructurales causadas por humedad, cloruros, SOx/NOx y partículas reactivas. Cuando la corrosión ataca impulsores, volutas, toberas o difusores, se alteran las geometrías aerodinámicas, crece el ruido y el equipo abandona su curva estable. Una estrategia anticorrosiva bien diseñada protege el activo, mantiene el punto de operación y reduce el costo de ciclo de vida.

Las soluciones combinan recubrimientos industriales —epoxi de alto espesor, poliuretanos, barreras cerámicas o metalización— con selección de sustratos adecuados, como acero inoxidable y aleaciones especiales en zonas críticas. La preparación de superficie (granallado, perfil de anclaje), el control de espesores y el curado son determinantes para la longevidad del sistema. La ingeniería con CFD ayuda a eliminar zonas de baja velocidad y recirculaciones donde se acumulan condensados, típicos focos de corrosión bajo depósito.

La operación con VFD suaviza transitorios y limita choques térmicos que puedan fisurar películas protectoras. El plan de mantenimiento incorpora inspecciones visuales, medición de espesores, pruebas de adherencia y reparación programada de daños puntuales. Además, se contemplan drenajes y accesos para limpieza segura, reduciendo la agresividad del ambiente interno.

Con documentación de materiales, certificados de aplicación y protocolos FAT/SAT, la protección anticorrosiva aporta vida útil prolongada, estabilidad aerodinámica y confiabilidad al sistema de ventilación minera, asegurando la eficiencia y el cumplimiento ambiental.