La tecnología de lubricación en ventiladores para minería incide directamente en la vida de rodamientos, sellos y acoplamientos. Una lubricación incorrecta provoca sobrecalentamiento, purga de grasa, contaminación del lubricante y fallas prematuras, afectando el caudal y la presión de la red. La estrategia moderna combina selección de lubricantes, dosificación precisa y monitoreo continuo para sostener el equipo en su curva estable y con baja vibración.
La elección entre grasa y aceite depende de velocidad, carga, temperatura y exposición al polvo o humedad. En aplicaciones severas se recomiendan grasas de alto índice de viscosidad, espesantes resistentes y aditivos antidesgaste. Los sistemas de lubricación centralizada o dosificadores automáticos aseguran el caudal exacto y reducen errores humanos. Se controla limpieza, compatibilidad y intervalos de relubricación, registrando consumos para análisis de tendencia.
El monitoreo de temperatura y vibración en alojamientos de rodamientos, integrado a SCADA, alerta sobre degradación del lubricante o holguras. Con VFD se implementan arranques suaves y rampas que minimizan picos de carga, mientras que auditorías de CFD ayudan a reducir recirculaciones que generan cargas aerodinámicas irregulares. Las prácticas incluyen control de anclajes, alineación y balanceo para evitar esfuerzos parásitos.
Una tecnología de lubricación bien aplicada incrementa la confiabilidad, extiende la vida del rodamiento y mantiene la eficiencia energética de la ventilación minera, documentada con hojas de vida, lotes de lubricantes y resultados de análisis de condición.