El ventilador de pozo se instala en superficie para impulsar el flujo total entre el pozo principal y la red subterránea. Normalmente es un axial de extracción que debe entregar alta presión estática con eficiencia y estabilidad. La instalación incluye toberas y difusores para recuperar presión, silenciadores para reducir emisiones acústicas y compuertas de aislamiento o bypass para maniobras y mantenimiento.
La reversibilidad del flujo es una opción valorada para evacuar humos en emergencia. Con variadores de frecuencia, el sistema ajusta el punto de operación a la demanda real, permite arranques suaves y protege rodamientos y sellos. Materiales y recubrimientos anticorrosión, sumados a sellos aptos para alta humedad, aseguran durabilidad en ambientes agresivos.
La instrumentación de presión y caudal en boca de pozo y el monitoreo en línea de vibración y temperatura soportan el mantenimiento predictivo. Con documentación completa y pruebas de aceptación, el ventilador de pozo garantiza seguridad, disponibilidad y un coste de ciclo de vida favorable a lo largo de la explotación.